16 noviembre 2017

Filantropía en Chile

Regalo de cumpleaños
No es mi cumpleaños pero recibí un regalo, en dos cajas de cartón recuperé mis libros que tuve en la casa rodante los casi cinco años que viví en ella. Son 84 títulos muy diversos que me acompañaron por todo ese tiempo y la mayoría los releí muchas veces, todavía los puedo seguir releyendo y disfrutando sin problemas, es lo que estoy haciendo ahora.

Así es como pueden verlos en la foto y así como Kast mostró la playlist de las canciones que lleva en su celular, yo les quiero mostrar mi read-list, de los libros que me tincaron lo suficiente como para vencer mi natural avaricia y comprarlos. La lista de títulos la pueden ver aquí.

Pensaba escribir solo de política esta semana pero me he dado cuenta que el tema no da para tanto, en verdad creo que ya he escrito todo lo relevante que se podría resumir en solo tres puntos:

1.-Kast es muy buen candidato aunque no va a salir electo puede iniciar un importante movimiento político,
2.-Piñera es honrado pero tonto y miope, tiene grandes posibilidades de ser elegido y
3.-Los demás candidatos son una tropa de pobres diablos, ni vale la pena ocuparse de ellos, sería una tragedia si cualquiera de esos es elegido.

Así es -más o menos- como veo yo las cosas. Tendré que pasar rabias los cuatro años que vienen aunque espero sumarme y ayudar en cualquier cosa política que se le ocurra a Kast después de las elecciones.

Filantropos chilenos
Pero mi tema de hoy es otro. Años atrás leí una columna de Sebastián Edwards donde se quejaba amargamente que en Chile no existía una cultura de la filantropía como en Estados Unidos, que es donde él vive, el artículo me sorprendió por su ignorancia que mostraba sobre nuestra historia, incluso le coloqué un comentario recordando a doña Juana Ross de Edwards, probablemente su antepasado y que dedicó toda su vida a la filantropía, gastando en eso gran parte de su fortuna.

El loco del burro
Releo esta historia en el entretenido librito "Las Fortunas Chilenas".

El minero José Tomás Urmeneta. En 1833, este tenáz y persistente minero había encontrado, en una mina abandonada en Mollacas, un yacimiento de bronces morados (cobre). El producto de su hallazgo representó la fabulosa suma, de aquel entonces, de 300 mil pesos.

Con ese capìtal, Urmeneta se lanzó a la búsqueda de una veta verdadera en las minas de Tamaya Durante 18 años, junto a su mujer y a sus dos hijas, estuvo viviendo en un rancho de totora en pleno desierto. Allí agotó sus recursos y su dinero, y cuando ya estaba por abandonar la búsqueda, temiendo que sus hijas no pudieran continuar resistiendo las penalidades, en 1852 dió con una muy rica veta de metal.

En los casi veite años siguientes, Urmeneta produjo bronces morados por un valor de 14 millones de pesos, cifra difícil de traducir a moneda actual, ya que por aquella misma fecha, Agustín Edwards Ross fundó el Banco Edwards con 150 mil pesos.

Que bonita historia, Urmeneta "el loco del burro" como se burlaban de él los respetables y sensatos de la capital, cuando era pobre, creó su propia flota de barcos y fue un gran filántropo de diversas causas, tanto así que su viuda al morir, en 1882 solo poseía 2 millones de pesos.

El primer boom minero
A principios del Siglo XX la minería en Chile estaba en su apogeo, nuestro país exportaba 420 kilos de oro y más de 100 mil kilos de plata al año, sumado a las enormes especulaciones del salitre que -sin ser muy buen negocio como empresa productiva- si lo fue para los especuladores, que jugaron con las esperanzas y el capital de los incautos.

En esos años las dos mayores fortunas del país estaban en manos de mujeres: Isidora Goyanechea de Cousiño era heredera del imperio de carbón el Lota, una industria enorme y muy rentable en medio de nuestra revolución industrial. Más bien dada a los lujos, esa familia construyó el Palacio Cousiño, que aún existe y su "jardín" era nada menos que todo el Parque Cousiño, actual Parque Ohiggins.

Doña Juana Ross de Edwards dedicó toda su viudez a la filantropía, canalizada principalmente a través de la iglesia, en lo que se gastó muchos millones. Su hijo Agustín Edwards Ross, se dedicó a la política, diplomacia y periodismo, fundando El Mercurio y se las arregló para acrecentar la fortuna, entre sus varios negocios estuvo la Compañía Salitrera de Antofagasta, de la que mi abuelo también fue accionista. De doña Juana Ross se escribe que fue "benefactora y filántropa, filantropía que llevaba a cabo en silencio, de manera anónima y discreta. Fue igualmente discreta en su vida privada, cultivando su viudez"

Otros filántropos destacados fueron don Claudio Matte, que dedicó su vida a estudiar el mejoramiento de la educación, creó la Sociedad de Instrucción Primaria (yo estudié en una de sus escuelas, la Rafael Sanhueza Lizardi) y hasta el día de hoy sigue siendo un tremendo aporte a la educación del país. También en educación estuvo el millonario especulador Federico Santa María, que al morir soltero, dejó toda su fortuna para crear la universidad del mismo nombre (y se enojó mucho al ver después en lo qué se había convertido). El industrial salitrero Pascual Baburiza fue otro filántropo croata que murió soltero y donó su fortuna a diversas causas benéficas. Carlos Van Buren, banquero y especulador también dejó su fortuna a diferentes causas, entre ellas el hospital que lleva su nombre.

Los no-filántropos
Otros millonarios como los Matta y los Gallo, dedicaron sus fortunas a hacer la revolución y tratar de tomarse el poder, con pésimos resultados eso si. Otros dilapidaron sus fortunas en "el juego, la disipación y las orgías" como los hermanos Bolados por ejemplo. Finalmente están los que  perdieron todo haciendo malos negocios, como mi papá, que siempre se quejaba de haber perdido su plata de manera tan estúpida.

Filántropos actuales
Chile sigue teniendo una fuerte tradición de filantropía entre los nacionales adinerados, la mayoría actúan discretamente aunque esto se hace cada vez más difícil con la expansión de las redes sociales y todo eso. Un gran gestor de filantropía es el animador de televisión Mario Kreutzberger "Don Francisco" que moviliza desde hace muchos años el mayor evento filantrópico del país, la Teletón, en beneficio de los niños con diferentes problemas de discapacidad.

En esos eventos aparece el "quien es quien" de nuestra filantropía y prácticamente todas las familias millonarias hacen grandes aportes cada año, en especial las mayores fortunas de Chile que están en la lista Forbes: Lukcic, Angellini, Matte, Paulmann, Saieh, Solari, Yarur y muchas más. Lo mejor es que junto a eso se movilizan millones de micro-filántropos, que donan pequeñas cantidades y el agregado de esas pequeñas donaciones hace la porción más importante de la torta completa.

El año pasado tomó protagonismo Lucy Ana Walton, que vive en Estados Unidos y es casada con uno de los herederos de Wall Mart, hasta ahora había hecho acciones filantrópicas manteniendo un perfil tan bajo que muy pocos los conocían, pero con los incendios forestales y la donación para traer el Super Tanker su nombre saltó a la fama nacional y hoy es de las chilenas más conocidas. La familia Walton parecen ser una clase especial de millonarios, diferentes en muchos aspectos del estereotipo.

Como ven, Chile tiene una larga tradición de filantropía de la que debiéramos estar orgullosos, esa es la verdadera solidaridad, no lo que los políticos hacen con plata del estado que nos quitan por la fuerza.

6 comentarios:

  1. Buena lista de lectura! Me sorprendió haber coincidido en algunos títulos como "Africa virgen" de Hunter Mannix. Yo pensé siempre que fue una rareza haberlo leído.
    Creo que los yankees tienen un tratamiento fiscal que favorece o por lo menos no entorpece las donaciones para filantropía o dar la plata a fundaciones sin fines de lucro. Acá eso no existe o es bien retrógado: se puede descontar hasta un 5% de la ganancia como un gasto - sólo como un gasto, no como una deducción directa - y sólo se reconocen las donaciones a instituciones religiosas (Cáritas, ese tipo de cosas). Uls

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  2. Lo de la filantropía ha existido siempre, y se te quedó en el tintero a Leonardo Farkas.

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  3. Sobre libros, sus precios y el pirateo, solo hay que decir fuerte y claro, viva la red.
    Farkas es un caso extraño.

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  4. Ulschmidt, ese si que es un librazo con la historia de África y los últimos cazadores blancos, también lo disfruté mucho. EL estado en nuestros países se pone muy celoso frente a las donaciones, les echan a perder el negocio de hacerse pasar por benefactores del pueblo, por eso cobran impuestos y todo eso.

    Jose, Wilson, Farkas me cae muy mal, lo dejé fuera intencionalmente, jaja

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  5. jajajajajaja si me di cuenta. pero fuera de todo lo que te caiga mal, Farkas se podría decir que es un tipo fuera de serie, se puede dar lujos que ya quisieramos nosotros y ni siquiera le importa el donar unos milloncitos a cambio de publicidad (los filántropos de ayer también lo hacian unos más que otros)

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  6. Y bueno, si uno quisiera ir más allá también podría considerar muchos emprendimientos que han traído cosas que han mejorado nuestra calidad de vida o dado otras formas de entretenernos.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"